Solo hay una manera para conseguir que alguien haga algo. ¿Se ha detenido usted alguna vez a pensar sobre ello? Si, una sola manera. Y es la de hacer que esa persona quiera hacerlo.
Recuerde que no hay otra manera.
Según Sigmund Freud, todo lo que usted y yo hacemos tiene dos causas originarias: el impulso sexual y el ansia de grandeza.
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